La distinción esencia/ existencia
no era nueva en la época de Tomás de Aquino. Algunos filósofos islámicos como
Alfarabi, Avicena y Algazel, ya la habían tenido en cuenta. Pero ellos se
referían a la existencia como un "accidente", si bien Avicena se dio
cuenta de que no podía ser un accidente como los demás.
Tomás de Aquino dio una gran
importancia a esta distinción que, por ser sumamente abstracta (metafísica),
nos resulta difícil de entender, aunque pueda ser expresada en relación al
lenguaje corriente: así, un niño puede preguntar qué son un dinosaurio y un
elefante, y el padre puede recurrir al diccionario o explicárselo sin aludir al
hecho de que los elefantes existen (tienen ser actualmente) y los dinosaurios
no.
Esencia es la sustancia en tanto
que definible, la quididad, "aquello que se entiende en la definición de
una cosa", de este modo las cosas materiales sensibles son esencialmente
"compuestos hilemórficos". La existencia es el acto de ser; se dice
que una cosa existe cuando es actual, no cuando está en potencia.
Esencia es el componente
potencial metafísico o la posibilidad lógica (abstraída por análisis) de una
cosa: "lo que es", mientras que existencia es el acto "por el
cual" la esencia tiene ser.
Se trata de una distinción
metafísica y no física, dentro de una cosa. La esencia y la existencia no son
para Tomás de Aquino dos cosas. No hay esencia objetiva sin existencia, y no
hay existencia que no sea la existencia de algo finito y concreto. La existencia
se recibe o está limitada por la esencia.
Los seres finitos están
compuestos de esencia y existencia. Mientras la distinción entre esencia y
existencia en Dios es puramente mental, en las cosas finitas no es sólo mental,
por consiguiente (al menos así lo interpreta Copleston), Sto. Tomás de Aquino
afirmó una distinción objetiva o real entre la esencia y la existencia en las
cosas finitas:
"Toda esencia puede ser
entendida sin entender su existencia actual. Pues puedo comprender lo que es un
hombre o un fénix y no saber, sin embargo, si existen en la naturaleza. Es
manifiesto, por tanto, que la existencia es diferente de la quididad, a menos
que exista algo cuya esencia sea la existencia" De ente et essentia, 5.
La existencia les viene a los
seres finitos de fuera y forma junto con la esencia un ser compuesto, el acto
por el cual tiene ser (esse, existencia) una esencia es causado, y la causa es
externa a la cosa misma.
Nuestro entendimiento no puede
intuir esencias al margen de la existencia de las cosas, sino que aprehende la
esencia o naturaleza concretas como aquello que tiene ser, es decir existente.
Tomás de Aquino llama "naturaleza" a la sustancia cuando la considera
como un centro de actividad y "esencia" cuando la considera definible.
La distinción entre esencia y existencia sólo puede ser comprendida mediante
reflexión filosófica.
Las sustancias finitas, al
contrario que Dios, no implican su propia existencia, pero la distinción entre
la esencia y la existencia en las cosas finitas puede ser aprehendida aparte
del conocimiento de la existencia de Dios.
La existencia no puede ser, como pensaban
los filósofos árabes antes señalados, un accidente, sino aquello que hace decir
que Herminia es inteligente, rubia y simpática, pues si Herminia no existiera
no podría ser ni rubia ni inteligente ni simpática. Para Sto. Tomás, la
existencia es el acto por el cual la sustantiva tiene ser. Y se refiere a ella
como lo más profundo e íntimo en una cosa, siendo como la forma en relación con
todo lo que hay en la cosa. Habla de ella como de una "perfección",
"la actualidad de todos los actos", "la perfección de todas las
perfecciones". Es el fundamento de la esencia y no uno de sus atributos,
puesto que sin el acto de existencia, la esencia no tendría ser.
Si bien la esencia también
determina el ser de cada cosa (en tanto que roble, sal o mariposa), la
generación implica la producción simultánea de estos dos constituyentes
metafísicos inseparables: la esencia y la existencia. No puede, por tanto,
plantearse la cuestión de cual de los dos principios es anterior en el tiempo
al otro.